jueves, 10 de diciembre de 2015

CACHORR@S DISPONIBLES


CACHORR@S BULLDOG INGLES DISPONIBLES
PARA ESTA NAVIDAD.



INFORMATE: RESPETEMONOS MUTUAMENTE

CADA QUIEN REALIZA UNA LABOR. RESPETEMONOS MUTUAMENTE.

Actualmente se pretende satanizar o hacer ver la crianza canina como algo malo, manifestando y diciendo no compres en criadores. Pues esto es de libre decisión pero te manifiesto, lo correcto debería ser no compres en criadores clandestinos o en los vende perros MAL LLAMADOS CRIADORES. Está muy bien que se quiera dar hogar y protección a los desvalidos, pero la problemática va más allá como que el abandono y crecimiento poblacional canino excesivo, nace de la falta de educación de los mismos propietarios ocasionando reproducciones y crianza irresponsable.
Así que para todos aquellos que generalizan y dicen “No compres Adopta” les digo si todos lo hicieran de seguro en 15 años solo existieran perros mestizos o criollos en el mundo. Tantos siglos especializando y dedicación a cada raza para una función zootécnica especial (guardianía y protección, cacería, pastoreo, exposiciones de belleza, etc.) se irían a la basura.
Por culpa de gente irresponsable y desalmada, que no respetan la vida es que se mal interpretan las cosas; nada tienen que ver los Perros de Raza Pura, ni sus Criadores (digo CRIADORES y no vende perros, que no es lo mismo). Un criador responsable estudia el estándar de cada raza, socializa con sus perros, gasta su tiempo y consigue buenos hogares, da seguimiento a cada uno de sus cachorros, etc.
Se habla de “No vender la vida”, si los criadores no vendieran sus cachorros tendrían que ser millonarios para poder mantener a sus ejemplares de crianza. Antes de “alzar la voz por los que no la tienen”, recuerda que los perros de raza pura tampoco hablan y que los mestizos no son los únicos que necesitan amor y cuidados. Me faltaría espacio y tiempo para seguir informando acerca del tema. Soy un criador y estoy muy orgulloso de serlo. EDUCARSE ES PRIMERO INFORMARSE, GRACIAS. Autor: Ing. Danilo Guevara Carrera.



martes, 27 de octubre de 2015

OCTUBRE 2015
CACHORROS BULLDOG INGLES (3 MACHOS)
REGISTRO GIR 2 
EXCELENTE GENETICA Y LINEAS.
INF. 0995586454 WhatsApp o Facebook: Hakim Kennel

PADRE: ICE OF HAKIM KENNEL PEDIGREE AKC

MADRE: LAYLA OF HAKIM KENNEL 




 






 

martes, 1 de septiembre de 2015

viernes, 31 de julio de 2015

La cola del perro: movimientos, significados e importancia

La cola del perro

A falta de un recurso mejor, los perros emplean gestos y movimientos de su cuerpo para hacer saber su estado de ánimo y expresar sus emociones; y de todo su físico, la cola es la parte más expresiva (seguida, por cierto, de las orejas). Prácticamente cada uno de sus movimientos quiere decir algo, ya sea dirigido a nosotros o a otros perros con los que pueda cruzarse o convivir. De ahí la importancia de conservarla, para poder sociabilizarse y no tener problemas de comportamiento con otros de su especie. 
Es, en definitiva, lo más parecido a la expresión facial humana que el perro pueda tener. Pero además, el movimiento de cola favorece la emanación del olor de las feromonas que nuestros animales tienen en las glándulas anales, otra de las grandes vías de comunicación perruna.

Los movimientos y su significado

  • Movimiento en círculos. Con este movimiento, el perro indica empatía, jolgorio y ganas de jugar.
  • Movimientos rápidos de un lado a otro. Implican agitación, felicidad y alegría, pero también impaciencia y nerviosismo. De hecho y contrariamente a lo que se piensa, en estos casos el perro se debate entre deseo y miedo. Deseo por hacer algo, y miedo de lo que ocurra si lo hace. El ejemplo más obvio lo tenemos en la comida: si ve que su dueño se acerca al bol del que come, en vez de tener la cola relajada, empezará a agitarla, demostrando la felicidad que le genera la ingesta de comida... pero también el recelo ante el ser humano que se la puede arrebatar.
  • Movimiento corto y rápido. Sumado a las orejas dobladas hacia atrás y a enseñar los dientes, no hay duda: se dispone a atacar.
  • Cola levantada, con la punta hacia arriba. Este es lenguaje 100% perruno: con el rabo totalmente levantado, el animal está mostrando su autoridad. Es el perro dominante, y difícil será que le hagan cambiar de idea.
  • Curva levantada pero curvada. Esta posición no tiene nada que ver con la anterior, puesto que de esta manera nuestra mascota está demostrando su confianza y su autocontrol.
  • Cola extendida horizontalmente. Quiere decir que el perro está atendiendo a algo que atrae su interés.
  • Cola extendida horizontalmente y tensa. En este caso, generalmente acompañado de pelo erizado, la atención se genera por un posible enfrentamiento. Un perro con la cola rígida y horizontal no es que quiera atacar necesariamente, pero no está dispuesto a que nadie invada su terreno ni le cuestione su autoridad. Mejor alejarse.
  • Cola baja, alejada de las patas traseras. Significa que el animal está tranquilo, relajado y a gusto.
  • Cola baja, cerca de las patas traseras y con ligeros movimientos laterales. Esta es la forma que tiene el perro de mostrar su inseguridad. Está intranquilo y no le gusta lo que tiene delante o a su alrededor; no se fía. 

  • Cola entre las patas. Aquí el sentimiento es de miedo. El animal está muy asustado, con temor a ser agredido. Puede indicar esto, o bien puede indicar sumisión ante el miembro dominante de la manada. Este movimiento en particular es fundamental y se constituye como una de las pérdidas más importantes si se corta el rabo, puesto que colocado entre las piernas hace también de contención de feromonas, impidiendo que se segreguen y por tanto “manteniendo la intimidad” del animal.


¿Y qué pasa si el perro no tiene cola (ni orejas)?

Si el dueño decide amputar dichas partes del cuerpo de su animal, éste puede tener graves problemas ante otros perros. No poder demostrar dominancia o sumisión puede llevar a un enfrentamiento violento puesto que puede ser interpretado como un desafío, y por su parte, un humano tampoco está capacitado para saber si puede acercarse al perro con tranquilidad o es mejor (tanto para el animal como para él) adoptar medidas específicas para una convivencia correcta.

CÓMO CEPILLAR A TU PERRO

Un cepillado frecuente mantiene la salud y el aspecto del pelo de tu perro en un estado óptimo. Además, es una actividad que favorece los lazos de unión entre tu perro y tú, ya que consiguen toda tu atención y es una buena oportunidad para comprobar el pelaje y el estado de la piel y ver si existen alteraciones como bultos, heridas o parásitos.
Se debe cepillar a todos los perros. El cepillado frecuente quita y remueve suciedad y pelos; distribuye los aceites naturales del pelaje y ayuda a prevenir enredos en el pelo largo. La frecuencia y el tiempo que lleve el cepillado dependen de cada perro. Si cepillas a tu perro diariamente, reducirás la cantidad de pelo que desprende y que se adhiere a muebles y alfombras.
Los perros de pelo largo necesitan que se les cepillen varias veces a la semana, al contrario que los de pelo corto, que sólo necesitarán un cepillado a la semana. Recuerda que es mejor cepillar al perro cada dos o tres días, que dejar que se le formen nudos en el pelo. También es recomendable cepillarlo con mayor frecuencia en primavera y otoño porque es la época en la que cambian el pelo.


Tenemos que acostumbrar a nuestro perro a quedarse quieto y disfrutar de este momento, si lo empezamos a realizar desde pequeño y lo hacemos con cuidado y comprensión, la tarea resultará muy sencilla en el futuro, ya que se habituarán a ser cepillados, sin resistirse.
Es recomendable utilizar un cepillo de cerdas naturales para eliminar el pelo muerto. Usa un cepillo de cerdas largas si tu perro tiene pelo largo y un cepillo de cerdas cortas en el caso que tenga el pelo corto. Otra opción para perros con pelo medio o largo es un cepillo de alambres curvos. Para las razas con pelo corto existe también un guante con cerdas que es muy efectivo.
Cepíllalo empezando por la cabeza, en dirección hacia la cola, siguiendo siempre la dirección de crecimiento del pelo. Si tu perro tiene una capa espesa de subpelo, probablemente necesites levantar el pelo que está por encima. Cepíllalo desde la parte inferior de la capa hacia afuera, eliminando así el pelo muerto y los nudos. Sé tan cuidadoso y rápido como te sea posible, elogia a tu perro por haberse portado bien y recompénsalo.

13 ERRORES QUE COMETEMOS EN LOS PARQUES CON NUESTROS PERROS

A todos nos gusta que nuestro perro pueda disfrutar de momentos de diversión y esparcimiento diarios, ya sea en el parque u otra zona abierta habilitada donde se puedan reunir perros y humanos. Es la ocasión ideal para que nuestra mascota pueda correr libre, sociabilizarse y jugar.
Pero cuidado: también puede ser un marco perfecto para que aprenda malos hábitos, se vea involucrado en una pelea, o para que nuestro vínculo con él perro se vea debilitado.
No todos los grupos de perros y personas son iguales. Hay quienes saben gestionar mejor las situaciones que se puedan producir, y quienes se ahoguen en un vaso de agua: son muchos los factores que no podemos controlar en los parques. Pero como responsables de nuestro perro, ante una situación de tensión es necesario que sepamos "leer" sus reacciones, las de los otros perros y, lo más importante, el comportamiento de los otros propietarios, para tomar una decisión. ¿Qué decisión hay que tomar? Es muy sencillo: si seguir en el parque o marcharnos y no volver más mientras el mismo grupo de personas y perros lo esté ocupando.

1 - No recoger los excrementos de nuestro perro

Puede parecer un error básico, pero es primordial para que el espacio donde nos encontramos no sea contraproducente para las personas y el resto de perros. Con esta simple "norma de etiqueta" evitaremos que tanto humanos como animales se contagien de graves enfermedades. Hay que recogersiempre los excrementos del perro, no valen distracciones, ni excusas del tipo "es que estaba hablando y no me di cuenta". Tenemos que controlarle siempre y acudir cuando haga sus deposiciones.

2 - Fallar en la educación básica del perro

Antes de dejar suelto a nuestro perro, debemos estar seguros de que podemos controlarle desde la distancia: no tener duda alguna de que no se escapará, no molestará a otras personas, y de que vendrá a nuestra llamada en cualquier situación (dejando lo que esté haciendo). También tenemos que saber que no tiene problemas de agresividad hacia otros perros o personas. Todo ello es básico para que nuestra mascota pueda sociabilizarse de forma adecuada.


3 - Hacer del parque un lugar para ejercitar al perro

Puede sonar extraño, pero soltar a nuestra mascota en un parque donde ya hay otros perros, y hacerlo nada más llegar, después de que se haya pasado un buen número de horas solo en casa... no es una buena idea. El animal se encuentra en un estado de excitación, y la irrupción en el grupo puede ser problemática: se pueden iniciar episodios de "caza" hacia otros perros, que pueden desembocar en peleas. Por ello, intentemos que antes de nada, haya liberado ya buena parte de su energía contenida. El ejercicio previo puede ayudarle a comportarse mejor.


4 - No detectar a tiempo a perros groseros

Todos hemos tenido que lidiar con personas sin modales, gritonas, maleducadas… gente, y lo tenemos claro a los 30 segundos, con quien no nos gusta estar; pues con los perros pasa exactamente lo mismo: son animales que tienen un protocolo para presentarse y relacionarse entre sí (las llamadas señales de calma). Si uno de ellos lo ignora, el resto lo puede interpretar como una grosería, dando lugar a una pelea. Esto aplica tanto a los perros que hay en el parque como al nuestro: si vemos que uno no deja de incordiar a otro, es bruto, no para de ladrarle… es nuestra responsabilidad detener enseguida dicho comportamiento. Si no lo conseguimos, o vemos que los otros "pasan de todo", nos iremos del parque. Mejor irse que arrepentirse.

5 - Llevar a nuestra mascota atada para que juegue con otros perros sueltos

Los nuevos propietarios de perros suelen llevar a su mascota al parque para que interactúe con otros animales, pero no siempre están seguros de dejarla suelta. Pues bien, unos y otros no deberían relacionarse: un perro atado se siente más inseguro porque no puede escapar, lo que puede ser motivo de pelea. Por su parte, las correas extensibles son extremadamente peligrosas, puesto que tanto humanos como perros pueden resultar heridos en caso de que la situación se descontrole.



6 - Llevar a nuestra perra en celo o preñada

Aquí no hay mucho que decir: no debería de suceder, y punto. Pero sucede. Una hembra en celo descontrola a un grupo de perros en el parque, y puede producir situaciones de agresividad entre los machos. Y si la perra está embarazada, puede ser peligroso tanto para ella como para los cachorros.





7 - Permitir que perros pequeños jueguen con grandes

Un perro pequeño puede ser visto como una presa por parte de uno grande, por lo que puede dar pie a una persecución de consecuencias desastrosas. No olvidemos que uno puede llegar a ser hasta 10, 15 veces más grande que el otro, por lo que cualquier caída, golpe, o percance voluntario o no, puede resultar fatal para nuestro amigo peludo. Por cierto, si tienes un perro pequeño nunca lo cojas en brazos al acercarte a un grupo de otras mascotas, éstas se pueden sentir excitadas y se pueden abalanzar sobre ti, propinándote golpes y mordeduras.



8 - Llevar a un perro que no responde a nuestra llamada

Nuestro perro deberá responder siempre a nuestra llamada y dejar de hacer lo que en ese momento esté haciendo (juego, pelea…) para atender a nuestro requerimiento. Si vemos que la situación se está "caldeando" entre dos o más animales, cada propietario debe llamar a su perro y terminar con esa posible situación comprometida al instante. Un perro suelto no debe ser sinónimo de descontrol, de la misma manera que un perro atado no siempre es sinónimo de control.




9 - Dejar que nuestro perro incordie a otros

Es bueno que los perros se inciten para jugar entre ellos, con ciertos movimientos con los que parece que digan "venga, juega conmigo". Pero tenemos que evitar que se hagan pesados: si un animal incita repetidamente a otro a jugar, pero este último no le sigue la corriente, se lo hará saber huyendo de él, ignorándolo o con algún gruñido o ladrido. En ese instante, tenemos que detener al primero antes de que sea tarde, puesto que si dejamos que siga incordiando, el segundo puede recurrir a métodos más expeditivos.




10 - Dejar que los perros se las arreglen solos

Cuántas veces hemos oído la frase: "déjalos, entre ellos ya se marcan para ver quién manda, no pasa nada". Bien, pues es lo peor que podemos hacer. Los perros saben (o deberían saber) relacionarse y ellos, y comportarse. Pero no siempre es así, por lo que tenemos que estar siempre pendientes de nuestras mascotas y detectar posibles situaciones comprometidas o peligrosas que puedan desencadenar una pelea. Para evitar cualquier problema a tiempo, ante un propietario que piense que "se arreglan solos", mejor irse del parque.


11 - Llevar a un perro con agresividad por pertenencia

Si nuestro perro es receloso con las cosas que le pertenecen, o se apropia de los juguetes de los demás mostrando un comportamiento agresivo, debemos evitar ir al parque hay más animales en él. En su lugar, jugaremos con él en solitario hasta que corrijamos esas conductas completamente. Lo mismo ocurre si es sobreprotector con nosotros y responde con violencia al acercarse otros perros.





12 - Ponernos a hablar con otros propietarios y no supervisar nuestro perro

Cuando estamos con otros perros la prioridad número uno es vigilar al nuestro. ¿Qué haríais si vuestro hijo estuviera en el parque con otros niños? Estarías vigilando que no comiera arena o cualquier objeto, que no pegara a nadie, que no se subiera a ningún sitio peligroso, etcétera. Pues lo mismo aplica a las mascotas. Muchos creen que dejando a su perro en un recinto vallado (o sin vallar, pero en todo caso destinado a los animales) ya pueden desentenderse. Si queréis hablar, id a un bar, no lo hagáis mientras paseáis a vuestra mascota.




13 - Estar más pendiente del móvil que de nuestro perro

Todo lo comentado hace un momento aplica aquí: no debemos desatender a nuestro perro por estar distraídos con el móvil, puesto que sabrá que no estamos pendientes de él y hará todo lo que normalmente no le permitimos. Evitemos que otras personas cuiden de nuestra mascota porque estemos con el móvil o de cháchara en el parque.

Mi perro se marea en el carro. ¿Qué hago?

Que un perro se maree en el coche es más común de lo que pueda imaginarse: más difundida entre canes jóvenes que entre adultos, se trata de una reacción que afecta a una de cada seis mascotas, y que puede llegar a ser desesperante para el conductor, habida cuenta de que el animal que lo acompaña se puede pasar el viaje entero vomitando cada dos por tres.
Ahora bien, ¿no hay solución? ¿Si tenemos un perro propenso al mareo en el coche, no hay que llevarlo de viaje nunca con nosotros?
Primero se debe buscar la causa de esos vómitos, que como decíamos, son una reacción que puede deberse a la velocidad, o bien a la ansiedad. Si se trata del primer escenario, el animal (en especial el joven) está comportándose igual que los humanos cuando un exceso de velocidad genera un encontronazo entre la vista y el oído interno, provocando un desequilibrio entre ellos. En cambio, la ansiedad suele deberse a una mala experiencia previa a la hora de subirse a un vehículo, o bien, simple y llanamente, a falta de experiencia con los mismos.
En ambos casos tiene mucho que ver cómo se le haya familiarizado con un coche: si la primera vez que se monta a uno, siendo cachorro, vomita, es muy probable que desde entonces asocie el viaje con una mala experiencia, y que por tanto se repita en viajes futuros. Si no se corrige a tiempo, el perro puede que le tenga pánico a los coches, empeorando mareos y vómitos. Por su parte, también puede tener ansiedad si todas las veces que se ha montado en un vehículo haya sido para ir al veterinario, u otro sitio desagradable para él. Estrés, ansiedad y miedo están muy vinculados entre sí. Y el mareo y los vómitos son una consecuencia directa de esa relación.

Pero es posible que, directamente, el perro no se haya familiarizado nunca de pequeño.
Desaprovechar la etapa en que el animal se desarrolla y descubre lo que le rodea para subirle a un coche, puede implicar que la primera vez que lo haga sea mucho más tarde de lo deseado, cuando el animal ya sea adulto y consciente de lo que le rodea. Imaginad la ansiedad que puede suponer para él, con su cerebro ya desarrollado.
La forma más fácil de saber a qué se debe el mareo pasa por ver cómo se sube al coche. Si está tranquilo, y de golpe vomita sin más, se tratará de una reacción física, motivada por la velocidad. En ese caso, existen varios medicamentos específicos para la mascota, por lo que una visita al veterinario puede ser clave en la solución del problema.


Para saber si el mareo lo genera la ansiedad, hay que saber detectar las pistas que nuestra mascota nos va dejando: jadeos, exceso de baba, inquietud, movimientos compulsivos (lamerse los labios constantemente, temblores), o arcadas directamente, son síntomas inequívocos de que algo no va bien. De hecho, no siempre es el mareo el reflejo del estrés de un can al subirse a un coche; otros comportamientos (ladridos, sobreexcitación) también denotan una ansiedad a tomar muy en consideración para no hacerle sufrir.
Sea como sea la demostración, lo que está claro es que la ansiedad debe rebajarse, intentando cambiar esa asociación negativa mediante estímulos positivos que poco a poco le hagan perder el miedo a viajar.


¿Cómo hacer que nuestra mascota se sienta a gusto en el coche?

Antes de nada, un aviso: hay que armarse de paciencia. Conseguir superar traumas no es inmediato, sino que requiere de un proceso largo y paulatino que empieza con intentar que nuestra mascota se vuelva a familiarizar con el automóvil casi desde cero. Para ello, lo primero es intentar que se suba al mismo todas las veces que sea necesario con el motor apagado, Que se vaya familiarizando, que entre y salga, viendo que no pasa nada si lo hace. Deja las puertas abiertas, juega con él intentando convencerle... un truco eficaz pasa por coger la correa del animal y, sin arrastrarlo ni forzar absolutamente nada la situación, cruzar por la parte trasera del coche sin mirarle y dejando las puertas abiertas en todo momento. Cuando decida cruzar, al otro lado le esperarán todos los cariños que sean necesarios para que se sienta con ganas de repetir; luego, para que tenga efecto el logro, lo ideal sería rodear el coche corriendo y repetir la operación las veces que fuera necesario, parando dentro del coche para descansar cada vez más tiempo.
Tras esta primera toma de contacto, es ideal repetir la operación pero esta vez con el motor encendido; de este modo, nuestro amigo disociará el ruido a conceptos negativos.
Y por último, el movimiento: si hemos llegado hasta aquí, tendremos que andarnos con ojo para no echar todo el trabajo por la borda. Con el perro ya más tranquilo en el interior, toca empezar a dar paseos con el coche, que sean muy breves y carentes de cualquier movimiento brusco. Subir, moverse, y bajar del aparato sin que ocurra nada negativo. Puede venir bien la ayuda de otra persona, permitiendo que nos sentemos con nuestra mascota tranquilizándola en caso de que la observemos algo nerviosa.

miércoles, 29 de julio de 2015

¿Porque el precio de los perros de raza es alto?




Cuando pensamos en adquirir un perro, uno de los primeros interrogantes será plantearnos si será de pura raza o mestizo.
Esta decisión vendrá muy unida al tema económico, ¿Cuánto estamos dispuestos a pagar por nuestro perro?
Si optamos por un perro de raza indudablemente tendremos que pagarlo, el precio dependerá de si lo adquirimos a través de un criador o de un particular, de la raza del animal, de su calidad, del historial de los progenitores y finalmente de la propia decisión del criador o del establecimiento que lo venda.
Sin embargo, si nos decantamos por un mestizo, la inversión será mucho menor o incluso nula dependiendo de adonde nos dirijamos.
Si nos dirigimos a una Protectora o centro de Adopción, normalmente nos harán pagar un módico precio que suele ser el equivalente a los gastos de identificación (chip) y de esterilización. Si elegimos una Perrera Municipal, lo normal es que no tengamos que pagar nada por llevarnos a cualquiera de los desafortunados perros.





¿Por qué son caros los perros de raza?

La razón es sencilla, detrás de cada perro de raza hay un sinfín de trabajo, desvelos y un gran gasto económico por parte del criador, si éste se dedica a la crianza de manera honesta y responsable.
Por un animal de raza siempre habrá que pagar por unos gastos generados en asistencia veterinaria, buena alimentación y escrupulosa higiene.

Otro de los factores importantes a la hora de establecer el precio de un perro de raza es la propia calidad del animal y la de sus progenitores, es decir, un cachorro con pedigree,  hijo de campeones y que cumpla el estándar de la raza a la perfección, siempre será un animal caro por las posibilidades que ofrece de “negocio” posterior; concursar en exposiciones, emplearse para montas o para cría, etc. 

No por eso hay que olvidar, que en muchas ocasiones no hay negocio de por medio, el dueño simplemente  está pagando por la satisfacción de poseer un magnífico animal de pura raza.





¿Qué determina el precio del perro de raza?

Son varios los factores que se tienen en cuenta a la hora de establecer el precio de un perro de raza:

•    Donde se adquiera: Criadero, Particular, Tienda
•    Raza solicitada: Los precios pueden variar mucho de una raza a otra.
•    Calidad del Animal: Pedigree, Sexo, Aspecto, Temperamento, Etc.







De manera general, un perro adquirido de un buen criador siempre resultará más caro que si proviene de un particular o de una tienda. Por esta misma razón, un criador responsable ofrecerá unas garantías que ni las tiendas ni el particular podrán igualar.
Un criador siempre atenderá las dudas que se puedan plantear acerca de la raza, como experto, podrá asesorarnos sobre cualquier aspecto que nos ayude en la propia convivencia con el animal. También es muy probable que, si en el futuro surgiera algún inconveniente que nos impidiera seguir con el animal, el mismo criador aceptase quedarse de nuevo con “su” perro.
Tampoco hay que descartar la posibilidad de que el propio criador nos desaconseje sobre la adquisición del animal, bien por nuestro carácter o por nuestros hábitos. No debemos ofendernos ya que es muy posible que esta molesta decisión sea la más conveniente tanto para el animal como para nosotros mismos. Son muchos los que se enamoran de una raza simplemente por su aspecto, sin saber nada en absoluto sobre su temperamento o sus necesidades.

A modo de ejemplo; una persona con un estilo de vida muy sedentario y con poco tiempo para dedicar a su perro no será el mejor candidato para adquirir un Braco ya que este tipo de razas necesitan realizar ejercicio físico al aire libre diariamente además de reclamar y ser muy felices con la participación del dueño en sus juegos.
En el caso de adquirir a nuestro perro a través de un particular.
Debemos tener en cuenta que los particulares suelen ser simplemente dueños de perros de raza que por uno u otro motivo han decidido hacerlos criar. En muchos casos es por la razón equivocada de que las perras necesitan criar alguna vez durante su vida, aunque la razón más común suele ser la de obtener algún dinero por los cachorros.
Estas personas, aún teniendo la mejor de las intenciones, suelen desconocer aspectos importantes de la raza  a nivel veterinario, nutricional, genético, etc.





Esta circunstancia podría ocasionarnos desagradables sorpresas en el futuro especialmente en el caso de enfermedades o anomalías, que a pesar de manifestarse en la edad adulta, en algunos cachorros  se pueden detectar y prevenir. 
En cuanto a las tiendas, desgraciadamente suelen ser la peor opción.
Los cachorros se venden en el mejor de los casos “por encargo” aunque lo habitual es encontrarlos expuestos en la propia tienda, en un pequeño cubículo o jaula mientras esperan a su futuro dueño.
El precio de los animales suele ser alto, ya que incluye la propia comisión de la tienda. Tampoco suelen ofrecer muchas garantías pues la actuación de la tienda es como simple intermediario, bien de un criador particular o bien de un distribuidor. Por esta misma razón, el desconocimiento suele ser total, no sólo acerca del animal, si no de la raza en cuestión.

Hay otro factor determinante en el precio de los perros de raza, independientemente de a través de quien se haya obtenido. Se trata de la propia raza, de la demanda del momento.





La elección de la raza es muy personal, existen tantas razas como motivos para adquirirlas aunque la principal razón para decantarnos por una u otra, ira muy ligada a nuestro propio estilo de vida.
Las razas pequeñas siempre han disfrutado de gran aceptación; suelen tener muy buen carácter en casa, se adaptan muy bien a espacios pequeños, son fáciles de transportar y baratas de alimentar.
Por el contrario las razas más grandes, aun gozando de la misma popularidad, exigen algo más de esfuerzo por nuestra parte. Se trata de perros fuertes y atléticos que necesitan hacer ejercicio diariamente, obviamente comerán más cantidad que un perro de tamaño pequeño y para los desplazamientos, por ejemplo en coche, debemos disponer de un acondicionamiento específico.
Otra influencia directa sobre la elección de una raza es la difusión en los medios de comunicación. Un ejemplo: el Labrador Retriever es una raza extraordinaria pero el haber protagonizado el spot de una importante marca de papel higiénico a ayudado sobremanera a colocarla en la cúspide de los razas más vendidas.
Lo mismo se puede aplicar a perros que han protagonizado alguna película con éxito de taquilla, después se han disparado las ventas de la raza como en el caso de “101 Dálmatas”.






En nuestros días, observando la comunidad perruna de cualquier ciudad,  sería difícil adivinar cuál es la raza preferida entre: Golden RetrieverBulldog FrancésPastor AlemánBichón MaltésStaffordshire Bull TerrierJack RusellBoxerCanicheBullmastiff y un larguísimo etc.
Todas ellas magníficas y singulares razas y no precisamente baratas, el precio de un perro de raza puede oscilar entre $400 y $2500 o incluso valores más altos, según las razas, la variación del precio va en función de donde se haya adquirido al animal (Criador, Particular o Tienda).